Al cruzar la información entre la investigación y el estado del arte, inició una etapa de iteración y creación de diseño. Si bien se pretendía que el estado del arte fuese una guía, no logró una fuerza predominante hacia lo que se quería, por ello, los prototipos fueron un medio de exploración para la búsqueda de un lenguaje deseado, guiado por las sensaciones que arrojaron los conceptos. Para empezar a iterar, y por ser este un proyecto muy personal, quise recolectar objetos y artefactos que se asociaran con la investigación estética del proyecto, y con esto pretendía empezar a componer fotográficamente y así prototipar sensaciones acordes con el proyecto
Las historias de mi abuela trazan un sistema de coordenadas que buscan activar la memoria, a través de la narración, la ordenan y la distribuyen sobre los espacios y los lugares, lo que le permite tener más niveles, y capas de sentido que la historia original. Este sistema es una especie de caligrafía de cicatrices y afloramientos, donde aparecen nudos, y zonas de transición domestico y lo exterior. La pieza se concreta en un muro campesino, el símbolo de una pared de Firavitoba como si fuera extrahido de la sala del hogar para se exhibido, un muro que se convierte en el sistema cartesiano de esta historia, y de las líneas imaginarias de este, sus cicatrices.
Juan David Contreras Boada
David de los Reyes – Universidad de los Andes, Departamento de Diseño.
Alberto Rodríguez – Taller de escenografía.
Carolina Agudelo – Universidad de los Andes.
Guillermo Restrepo